Un
señor de 100
El
“Señor José”
guarda
eterno del Obradoiro
El
Obradoiro levantaba su pabellón, un pabellón privado, propiedad, y aquella
obra no avanzaba, iba aprisa pero no avanzaba. Los problemas se iban
solucionando y había mucha gente que no se lo creía pero había otra que vigilaba las obras día a día y confiaba
en que aquella obra iba a ser un super
pabellón y una super ciudad deportiva.
Y
la obra se acababa y se acabó, y se
inauguró, y, por aquel tiempo, una persona
de 50 y pocos años, no muy alto, aparecía por allí y hablaba con el Obradoiro, y el Obradoiro, al verlo, sencillo,
amable, callado, se quedó con él para
siempre.
Era el primero, o
uno de los primeros, “trabajador”, “empleado”,
hombre para todo, del Pabellón del OBRADOIRO CAB. Don José Asorey Rial se quedó con el
pabellón y con el Obradoiro para toda su vida deportiva y personal. Un hombre
de bien que pasó por todas las etapas, las buenas, las muy buenas, las excelentes,
y también, por desgracia, en los malos
momentos, que de todo hubo.
Hizo de portero, de conserje,
de limpiador, de arreglalotodo, fontanero, pintor, tapa goteras, tabernero, cobrador,
sufridor… el “señor José” una institución del Obradoiro CAB.
Cuando
las cosas no iban bien seguro que pasó sin
cobrar su pequeño sueldo o gratificación por llamarlo de alguna manera sin
quejarse por nada. Muchas cosas hizo
que la gente nunca supo y que salvaron situaciones del club siempre con su silencio, con su aceptación de las
cosas, sin faltar nunca a su compromiso
de guardián del club en todos los sentidos.
Si
el señor José hablara muchas cosas dejaría boquiabiertos a todos los buenos
obradoiristas.
Cosa
curiosa, cuando el club cumple 50 años,
el señor José cumple 100 años, así
como suena. Y está perfecto, no sigue de conserje porque el “mundo” cambió, pero seguro que por él
no hubiese dejado su pabellón, porque aquel pabellón propiedad del Obradoiro era como suyo y lo mantenía, sin cobrar y arreglando cualquier cosa
que pasara, hasta que algunos hicieron lo posible por deshacer aquel superpabellón
en donde llegaron a entrar más de 10.000
personas y en donde hubo todo tipo de deportes además del baloncesto, … y múltiples
actividades con él siempre vigilante.
Señor José, le
paso el cariño de muchos buenos obradoiristas de toda la vida y en nombre de
todos muchas gracias por toda su extraordinaria labor y hacer en esta misión y
ayuda total en todas las situaciones.
Nunca nadie le pagará lo que usted
hizo en la vida del OBRADOIRO C.A.B.
Si señor, “SEÑOR JOSÉ”, todo un señor,
de 100 años.
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